Hoy en día, el que es capaz de crearse un contexto saludable elige ese camino, sin embargo, lo que predomina es un exceso de comodidad (coche, patinetes, transporte, escaleras mecánicas, acceso a multitud de servicios sin moverte, …). Además, estamos sobrealimentados y desnutridos.

Centrándonos en lo que hacemos:

Solo tres de cada diez personas hacen ejercicio, pero de las tres que sí dos hacen deporte y solo una hace ejercicio pautado, programado y prescrito de acuerdo a sus posibilidades. En cuanto a lo de hacer deporte, conviene resaltar que hay que estar en forma para hacer deporte y no hacer deporte para ponerte en forma.

Mucha gente se dedica a jugar al fútbol, al pádel, al baloncesto, a esquiar, … pero para eso hay que ponerse en forma, si no, más pronto que tarde aparecerán las lesiones. Otros ejemplos son los compañeros que se inscriben a 10k, medias maratones o escalada. Son disciplinas que requieren, entre otras cosas, una buena condición física de base y un adecuado control motor. En caso contrario lo que tendremos será malestar, dolores y una percepción negativa del esfuerzo físico.

Hay estructuras que no están preparadas para aguantar las exigencias de este “deporte social”. Fatiga y ejercicio no tiene por qué ir unidos en los que se estén iniciando a mejorar su condición física. El auténtico logro es generar adherencia y no abandonar a las primeras de cambio. A partir de ahí, ya podemos ser más exigentes con la intensidad.

Centrándonos en lo que comemos:

Hasta los 30 años aproximadamente vamos a tener una progresión biológica en la cual somos personas jóvenes. Incluso hay una meseta que se encuentra en algún periodo entre los 20 y los 30 años en la que, salvo que llevemos una alimentación horrible, se puede mantener el estado de forma sin prácticamente hacer nada; pero a partir de los 30, quien no hace ejercicio va “para abajo”. Entre los treinta y los cincuenta el sedentario pierde entre un 20-25% de músculo, básicamente de fibras tipo II, pero a partir de los cincuenta la caída es absolutamente en picado.

En resumen, partimos de una base cada vez más cómoda, por lo que hay que esforzarse cada vez más para estar a la altura de las exigencias físicas del entorno.

Gracias Felipe Isidro por la inspiración.