
Nuestro técnico de Crossfit lleva dos días sin venir. Al parecer se ha quedado enganchado de la espalda. La compañera que le sustituye nos deja caer que su espalda se resiente con mayor frecuencia de la que le gustaría, y que su rodilla izquierda se queja cuando lleva mucha sobrecarga de entrenamientos.
Confieso que soy fan tanto del Crossfit y del spinning por el aspecto social que promueven, lo cual engancha al usuario y ayuda a promover la actividad. Del pádel no tanto, aunque comparte esta misma característica con los otros dos. Un ejemplo de tres que me parecen «peligrosos».
Si estás leyendo este artículo no pretendo que pienses que voy a decir lo obvio. Si quieres, puedes dejar de leer tras quedarte con esto que tengo que decir: hay que estar en forma para hacer deporte (y no al revés).
Estar en forma va más allá de estar gordo o flaco o de no subir unas escaleras en toda la semana. Va de no pelarse horas de sueño, moverse con frecuencia, mantener un estrés diario o semanal tolerable, respirar aire limpio y ser constante con los hábitos brócoli (aburridos pero útiles).
Practicar un deporte con frecuencia nos va a exigir unas condiciones mínimas de fuerza, coordinación y movilidad. Como muchas veces no gozamos de ellas, la actividad se nos adecúa hasta que logremos un nivel para realizarla como toca. Y, a partir de ahí, tendemos a subir la intensidad, los kilómetros, la duración de los partidos, el peso de la barra o el número de veces que lo hacemos por semana.
A esta adecuación la llamamos adaptación. Existe adaptación cuando la exigencia es superior a la que estamos habituados. Simple, ¿no? Lo estoy pintando sencillo, pero para nada lo es.
No sabemos si esta adaptación es lineal o exponencial (con convexidad o concavidad). Tampoco podemos aplicar los mismos principios a todos los sistemas locomotores, puesto que el músculo, por ejemplo, tiene distintos tipos de fibras, distintos tipos de tendones (forma, tamaño,…) y una participación más o menos relevante en un cierto tipo de movimiento. De la misma forma, corazón, pulmones, sistema nervioso (quien manda las órdenes), sistema endocrino (hormonas) también han de adaptarse a las nuevos niveles.
Podríamos resumir el principal problema en tres palabras: gestión de cargas. Y en esto, probablemente, sea más importante la recuperación correcta de cada elemento que hemos nombrado tras un estímulo como es el deporte, que otros elementos los cuáles estamos más acostumbrados a escuchar (entre ellos los famosos suplementos).
El peso muerto, ¿es bueno o es malo? La respuesta corta: depende. La larga, pide tu plan y te la cuento.
Quizás también te interese...