
Nuestro conocimiento sobre la interacción de los factores como la duración, la intensidad y la frecuencia para estimular las mejores respuestas adaptativas posibles de nuestro cuerpo ha mejorado sustancialmente.
La calidad de un proceso incluye cómo y por qué se realizan la planificación, preparación y ejecución para alcanzar un objetivo general específico. Expresa el grado en que el proceso de entrenamiento facilita el desarrollo a largo plazo de los requisitos específicos del deporte y el nivel de rendimiento deseado.
Por otro lado, la calidad de un resultado comprende el resultado de un proceso, normalmente operacionalizado mediante indicadores de desempeño definidos objetivamente.
¿Cuál es el objetivo? Una sesión es parte de un plan para realizar adaptaciones fisiológicas, técnicas, musculares, metabólicas o mentales, por lo que hay que concentrarse en diferentes aspectos durante las sesiones. Eso quiere decir que en unas sesiones nos centraríamos en la velocidad, en otras en la respiración, el cardio o el esfuerzo, en otras en la cadencia, o en la sensación de regeneración, o en la técnica. No se trata sólo de entrenar duro sino de intentar centrarse en lo que realmente importa para esa sesión concreta. La calidad ejecutiva de cada sesión, depende de un proceso de formación bien diseñado.
Sólo se puede lograr una alta calidad de entrenamiento directamente a través de una preparación óptima (sueño suficiente, nutrición específica, rutinas de calentamiento adecuadas, etc.), ejecución (entrenamientos individualizados, concentración, control de intensidad, ajuste de habilidades en respuesta a la retroalimentación, etc) y después de las sesiones (exploración reflexiva, rutinas postentrenamiento, acciones de restitución, etc). Esto requiere un fuerte sentido de propiedad del proceso de formación, motivación, dedicación, determinación e inteligencia de formación.
A través de observaciones, mediciones y análisis de los dominios fisiológicos, técnicos, tácticos y psicológicos, y la comunicación continua con el deportista, los planes y sesiones de entrenamiento se pueden afinar y ajustar para una adaptación óptima.
Una habilidad adicional es la capacidad del coach y del deportista para ajustar dinámicamente tanto la carga de entrenamiento como la intención de sesiones individuales debido a cambios en el estado mental y/o físico.
Las medidas cuantitativas de la calidad del entrenamiento suponen diferencias cuantificables entre el esfuerzo previsto y el realizado (por ejemplo, cómo la frecuencia cardíaca, las calificaciones del esfuerzo percibido, la velocidad o la potencia se desvían de lo que se pretendía para la sesión), así como el uso de cuestionarios, herramientas de planificación, métodos de entrenamiento. diarios, etcétera. De hecho, es más difícil confiar en los datos cualitativos debido a su naturaleza interpretativa. Las percepciones subjetivas de la calidad del entrenamiento pueden ser impredecibles y verse afectadas por una multitud de factores relacionados y no relacionados con el ejercicio mismo.
Se debe evaluar e implementar deliberadamente en el entrenamiento y el coaching una combinación de indicadores cualitativos y cuantitativos.
Un entorno con una alta motivación de aprendizaje orientada a las tareas, una interacción continua y dinámica entre el deportista y el coach, y la dedicación del sujeto en la planificación/preparación, ejecución y la sesión informativa/evaluación se consideran particularmente importantes para desarrollar una alta calidad del entrenamiento.
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Sandbakk, et al, 2023
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