No hay evidencias firmes de que exista una postura idónea. A pesar de las creencias comunes sobre esto, no hay pruebas sólidas de que exista una posición óptima o de que evitar las posturas «incorrectas» prevenga los dolores en la columna.

“Las diferencias en la postura son un hecho de la vida”

Existen variaciones naturales en las curvaturas de la columna y no existe una sola asociada con el dolor. 

La postura puede ofrecer información sobre las emociones, los pensamientos y la imagen corporal de una persona. Algunas posturas se adoptan como una estrategia de protección y pueden reflejar incluso inseguridades sobre el cuerpo.

Comprender las razones detrás de algunas posturas adoptadas con frecuencia puede ser útil.

“Es seguro adoptar posturas más cómodas”

Las posturas cómodas varían entre los individuos. Se deben explorar diferentes, incluidas las que se evitan con frecuencia.  

Cambiar éstas con frecuencia puede proporcionar un alivio sintomático, puesto que la movilidad es imprescindible para la correcta salud de articulaciones, ligamentos, músculos, circulación, etc. 

Sentarse más de 30 minutos en una posición no es peligroso (tampoco lo más recomendable). Sin embargo, moverse y cambiar de posición puede ser útil en este sentido. 

La columna vertebral es una estructura robusta y adaptable, capaz de moverse y cargar con seguridad en una variedad de posturas. Las advertencias comunes para proteger la columna vertebral no están basadas en evidencia y pueden generar miedo. 

Los estilos de levantamiento de objetos están influenciados por las curvaturas espinales, las cuales varían entre personas, y los consejos para adoptar una postura específica no se basan en evidencia.

Aún así, se ha de tener un buen condicionamiento de la musculatura para que esté preparada para aguantar posiciones en tensión y soporte de cargas adecuado.