La evidencia acumulada indica que los diversos regímenes de ayuno intermitente son eficaces para disminuir el peso corporal y mejorar la sensibilidad a la insulina, la presión arterial y los marcadores de estrés oxidativo en adultos con problemas metabólicos, por ejemplo obesidad.

Mujeres: efectos del ayuno intermitente sobre las concentraciones de hormonas reproductivas.

El ayuno puede reducir significativamente los marcadores de andrógenos en mujeres premenopáusicas y con síndrome de ovario poliquístico (SOP), especialmente cuando las calorías se consumen más temprano en el día.

Jakubowicz et al. compararon el efecto de comer >50% de calorías en la cena versus comer >50% de calorías en el desayuno en mujeres con SOP. Después de 12 semanas, el estradiol aumentó significativamente entre las mujeres con SOP cuando las participantes comieron >50% de las calorías diarias en la cena. Este resultado sugiere que comer una gran cantidad de alimentos más tarde en el día puede aumentar los niveles de estrógeno en mujeres con SOP. Los andrógenos séricos elevados se convierten en estrógenos en el tejido adiposo, lo que lleva a un exceso de producción de estrógeno en mujeres con SOP y obesidad. 

Según Harvie et al, los niveles de prolactina se mantuvieron sin cambios después de 24 semanas de la dieta 5:2 (consiste en comer con normalidad cinco días de la semana y reducir drásticamente la ingesta calórica los otros dos)  en mujeres premenopáusicas con sobrepeso y obesidad. Estos resultados, aunque muy limitados, sugieren que el ayuno intermitente podría ser seguro para las mujeres lactantes. En apoyo de esto, un ensayo reciente de Gray et al. estudió el efecto de la dieta 5:2 en la pérdida de peso y la reducción del riesgo de diabetes gestacional en mujeres lactantes. El estudio mostró que el ayuno intermitente era seguro en este grupo de población, bien tolerado y no condujo a cambios adversos en la producción de leche.

Hombres: efectos del ayuno intermitente sobre las concentraciones de hormonas reproductivas

La testosterona es la principal hormona esteroide androgénica en los hombres adultos y es responsable de mantener la producción de esperma, la libido y la eficacia sexual. Otra función clave de la testosterona es estimular la síntesis de proteínas musculares, aumentando así la masa muscular.

Una serie de ensayos se realizó en hombres jóvenes, delgados y físicamente activos. Los hallazgos revelaron que la alimentación restringida en el tiempo sólo y combinada con entrenamiento de resistencia redujo consistentemente los niveles totales de testosterona y testosterona libre después de 4 a 44 semanas de intervención. 

Las reducciones en la testosterona no parecieron estar relacionadas con la duración de la intervención, ya que los ensayos más cortos produjeron cambios similares en la testosterona que los ensayos más largos. En cada ensayo se observó una leve pérdida de peso (1–3% desde el inicio), y el grado de pérdida de peso no pareció estar relacionado con la magnitud de la reducción de testosterona. También se evaluaron los cambios en la composición corporal. En cada ensayo, la masa libre de grasa se mantuvo sin cambios, mientras que la masa grasa se redujo. Curiosamente, las disminuciones en la hormona anabólica, testosterona, no llevaron a ningún cambio perjudicial en la composición corporal ni a compromisos en la fuerza muscular.

Los estudios futuros también deberían examinar cómo responden al ayuno otras hormonas sexuales en las mujeres, como la progesterona y la estrona. En los hombres, será importante incluir a aquellos que tienen sobrepeso u obesidad, ya que los estudios actuales sólo han involucrado a hombres atléticos, saludables y delgados. También se necesitan ensayos con una duración más larga (24 a 52 semanas).

Al interpretar estos hallazgos, es importante señalar que se han realizado muy pocos estudios en esta área temática. Por lo tanto, es difícil sacar conclusiones sólidas en la actualidad. A partir de los datos limitados presentados aquí, es posible que el ayuno intermitente pueda reducir los marcadores de andrógenos en ambos sexos. 

Por un lado, el ayuno puede resultar una herramienta valiosa para tratar el hiperandrogenismo en mujeres con SOP al mejorar la menstruación, la fertilidad y la calidad de vida. Por otro lado, se puede demostrar que el ayuno reduce los andrógenos, lo que sería menos deseable entre los hombres. Los niveles bajos de testosterona pueden afectar negativamente la salud metabólica, la síntesis de masa muscular y la libido en los hombres. 

Curiosamente, no hubo cambios adversos en la masa libre de grasa en respuesta a esta reducción de andrógenos. Todas las demás hormonas reproductivas se mantuvieron sin cambios para ambos sexos en estos ensayos a corto plazo. 

Si estás sano, ¿hay necesidad de ayunar?

El cuerpo está diseñado para autolimpiarse y no lo hace por completo hasta que el hígado no procesa los nutrientes que le llegan a través de la válvula hepática desde el tracto digestivo. La única forma de lograrlo es ayunando.

Ayunar promueve la autofagia (proceso celular de «limpieza» y reciclaje donde las células eliminan componentes dañados o innecesarios, como proteínas viejas o organelos) (“comerse a uno mismo”). Y esto puede ser genial si tienes exceso de grasa y estás lidiando con alguna enfermedad. 

La autofagia limpia, y por supuesto, puede quitar tanto cosas buenas como malas. Si no hay nada “malo” en tu cuerpo, o muy poco, el ayuno podría ir en detrimento para tu salud.

El ayuno puede ser parte de la optimización de la salud. Puede ser un paso en la dirección correcta para cualquiera que haya estado viviendo “de manera equivocada” durante mucho tiempo.  Pero también puede ser parte de perjudicarla. 

Cienfuegos S, Corapi S, Gabel K, Ezpeleta M, Kalam F, Lin S, Pavlou V, Varady KA. Effect of Intermittent Fasting on Reproductive Hormone Levels in Females and Males: A Review of Human Trials. Nutrients. 2022 Jun 3;14(11):2343. doi: 10.3390/nu14112343. PMID: 35684143; PMCID: PMC9182756.