El nervio vago es uno de los nervios más largos de tu cuerpo. Aumentar el tono vagal es imperativo para la salud, puesto que es el actor principal del sistema parasimpático. 

Éste es propuesto como un marcador frente a la vulnerabilidad y reactividad al estrés  del cuerpo y sus funciones internas (pensemos en estrés también como hiperactivación del organismo, no como ansiedad). Es decir, la activación del sistema parasimpático contrarresta los efectos producidos por cualquier evento que genere estímulos de «combate» al organismo (tensión emocional, ejercicio, enfermedad,…).

Aquí algunas estrategias sencillas: 

Exposición al frío

Se ha demostrado que la exposición al frío activa el nervio vago. Las investigaciones han demostrado que exponerse al frío de forma regular reduce la respuesta simpática de «lucha o huida» a medio plazo. Termina tu próxima ducha con 10 segundos de agua un poco más fría. Verás cómo te sientes

Respiración profunda y lenta

Esta forma de respiración reduce la ansiedad y aumenta el sistema parasimpático al activar el nervio vago.

Cantar y tararear

El nervio vago está conectado a las cuerdas vocales. Cantar y tararear puede activar el tono vagal. La próxima vez que hagas una sesión de trabajo de respiración, intenta tararear. 

Meditación

La investigación muestra que la meditación aumenta las emociones positivas y promueve sentimientos de buena voluntad hacia el interior. 

Actividad física

El ejercicio aumenta el crecimiento cerebral, las mitocondrias cerebrales y revierte el deterioro cognitivo. El nervio vago se ve estimulado tras un entrenamiento levantando pesos pesados, carreras de velocidad y caminando largas distancias.

Masaje

El nervio vago se puede estimular masajeando áreas específicas del cuerpo.

Socializar y reír

Reflexionar sobre las conexiones sociales positivas mejora el tono vagal.

La risa aumenta la variabilidad de la frecuencia cardíaca (un marcador muy específico del tono vagal) y mejora el estado de ánimo con la estimulación del nervio vago que provoca la risa como efecto secundario directo. Júntante con buenas compañías y ríete tanto como puedas. 

En resumen, al estimular el nervio vago, envías un mensaje a tu cuerpo que le permite relajarse y desestresarse, lo que lleva a mejoras a largo plazo en el estado de ánimo, la resiliencia y el bienestar.